Padres de los Pueblos
Acaso no era así
que ellos además
necesitaban la vereda de enfrente
para su pais?
Palacio en el silencio de los cipreses
en lo alto, sobre el mar azul de paz,
para el gran banquete, en el salón de fiestas,
Transporte de alimentos bloqueado
dispuesta aguardaba una legión de servidores.
Cortadas de los canteros innumerables flores,
compuestas en sinfonías de colores,
Amplias regiones totalmente devastadas
aranas de prismas cual incontables soles ardían,
Suministro de agua y energía, interrumpido hace semanas
como voluptuosos adornos, lágrimas frías tenían.
Lo noble por doquier,
cualquier sombra del salón proscripta
y alegres acordes hicieron entonar
Ciudades bajo fuego de incesante artillería
brillantes cristales tallados que el oro hizo coronar.
Familias buscan bajo los escombros lo utilizable
A la mesa invitó el anfitrión al forastero
quien supo ser su huésped honorable,
con suma elegancia, cada mano impecable,
A una nina de cuatro anos se le arrancaron las piernas
y sólo lo más refinado le brindó.
Degustaron de todos los manjares,
alabaron el vino, la cocina, encanto de los paladares,
su condición humana debían demostrar,
Cada vez más familias desgarradas
su sonrisa - jamás se pudo disipar.
Incesantemente invocaban la libertad,
Prisioneros reducidos a esqueletos
de paz hablaban y de dignidad,
Tropas saquean y violan
de justicia y de la patria también;
Miles carecen de vivienda
en esta ronda estaban bien
unidos para superar cualquier obstáculo
y sujetaban en sus manos el vino y el pueblo.
Todas las escuelas cerradas hace meses
Hospitales repletos
Los médicos carecen de lo imprescindible
Guardería destrozada - no hubo sobrevivientes
Las palabras llegaban a sus términos,
la última sonrisa, un apretón de manos,
en cada vidrio, el sol su sonrojo reflejó;
el coche negro - en él el forastero -
parte -
Las negociaciones se suspendieron sin resultados
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